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La historia de la Merced, ya como barrio con ese nombre, comienza con la aparición de los religiosos calzados de la Merced, el 8 de septiembre de 1602 en el recién construido entonces convento de la Merced. Antes de esta fecha alrededor de 1570, la zona recibía frecuentemente el nombre de "lecherías" porqué ahí tenía su principal asiento el comercio y la distribución de tal producto. |
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Entre 1880 y 1910, durante la etapa del Porfiriatio, empezó a generarse de manera palpable lo que sería, al paso de los años un profundo desbalance entre las necesidades alimentarias de la población de la Ciudad de México, por un lado, y la capacidad de abasto de las regiones agrícolas circundantes; por el otro, un crecimiento espectacular de la población capitalina, impulsado tanto por el auge económico urbano como por los efectos brutales de la modernización capitalista; Como corolario, el número de habitantes de la capital se elevó de 225 mil en 1870 a 471 mil para 1910 y los límites físicos de la ciudad se expandieron por primera vez.
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Las viejas casonas y residencias mudaron su fachada y sus interiores. En los pisos de arriba se instalaron viviendas, abajo, locales comerciales; se cerraron ventanas, desaparecieron arcos y herrerías, los zaguanes se pusieron en renta, y las bodegas y maduradores ocuparon el lugar de las recámaras. Algunos edificios se tornaron vecindades, y en la locura por la búsqueda de espacios, las rentas y las propiedades alcanzaron valores inimaginados. Los "guantes" (traspaso de locales comerciales acreditados) se volvieron toda una profesión y el deterioro arquitectónico del barrio se ocultó entre costales de cebolla y cajas de jitomate, entre pesados trailers y rostros petrificados pintados de azul cielo. Calles viejas, empedradas, saturadas de comerciantes de vía pública con obstrucción total de los flujos vehiculares provocaron el área más caótica de la ciudad y que además albergaba las líneas urbanas de camiones que iban al oriente del país. La Merced no podía seguir así y, en 1957, se propuso un cambio para resolver este hacinamiento y así, hacer crecer el mercado.. |
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Durante las décadas en que la Merced permaneció como la principal zona distribuidora de alimentos, la dimensión social de su actividad favoreció al asentamiento y crecimiento de otros problemas paralelos como la prostitución, el alcoholismo, el hacinamiento y la delincuencia, aspectos por los cuales era frecuentemente señalada en las noticias diarias.
Todo tiene un tiempo y a finales de 1957, La Merced cierra sus puertas, era necesario que el viejo mercado se mudara; en ese instante, se iniciaba el fin de una tradición comercial de más de 500 años. Muchas calles se abrieron nuevamente a la vialidad, se reacomodó a miles de comerciantes de vía pública, se dejó la parte poniente de la zona (dónde antes estaba el viejo mercado) para las bodegas y comercios mayoristas. Y todo esto, que en su momento fue muy aplaudió y vitoreado, no fue definitivo, ya que para fines de los años 60, la situación era igual o peor de caótica. |
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El crecimiento urbano había rebasado nuevamente el proyecto original, lo que obligó en 1980 a iniciar la construcción de una nueva Central de Abasto de aquí en adelante resolvería los añejos problemas del Centro Histórico de la Ciudad de México, pero iniciaría una nueva etapa en el comercio de México. |
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